LOMA MIRANDA
Loma Miranda es una extremidad de la Cordillera Central, quien a su vez es la columna vertebral de la República Dominicana y la Isla La Española. Justamente en su cintura y en el medio de la cuenca Yuna (bautizada como Yuna - Camú por nuestros aborígenes), la segunda más grande pero la que capta más humedad del territorio nacional, se levanta tímidamente esta montaña, con una inmensa alfombra de coníferas al lomo y escurriendo agua en forma de arcoíris (Valle de Bonao y Valle de La Vega Real).
Desde el punto de vista político - territorial, Loma Miranda se encuentra en la frontera entre las provincias de Monseñor Nouel y Concepción de la Vega, donde los municipios de Jima y La Vega se dan las manos. Esta montaña está separada unos 17 kilómetros de La Vega y apenas unos 7 kilómetros de Jima; siendo Sabana del Puerto y Manaclitas sus dos asentamientos humanos más importantes. El primero está en su pie de monte y el otro en su cima.
De acuerdo a la clasificación ecosistémica de Holdridge (12), en Loma Miranda concurren tres zonas de vida:
•Bosque húmedo Subtropical (bh-S) en el plano basal o pie de monte
•Bosque muy húmedo Subtropical (bmh-S), en las faldas o laderas y
•Bosque muy húmedo Montano Bajo (bmh-MB) en la cúspide, más hacia la Loma de Guarey.
Tres zonas de vida para una sola montaña resulta ser altamente complejo y biológicamente muy frágil. Este solo parámetro es un claro indicador de su sensibilidad ecológica y su altísima vulnerabilidad para las actividades mineras; cuya secuela deletérea podría desencadenar procesos degenerativos o de simplificación y fragmentación de hábitat injustificables.
Desde el punto de vista de la clasificación ecosistémica basada en un sistema de Provincias Ecológicas (3), es fácil distinguir a simple vista dos formaciones ecológicas dominantes y varias asociaciones:
•Formación del bosque húmedo de zona montañosa (BH-zm) en el pie de monte de la Cordillera Central.
•Formación bosque de coníferas de la zona intermedia (BC-zi), compuesta por la zona pinera que se levanta desde sus laderas hasta su cúspide.
Entre las Asociaciones Ecológicas más importantes se deben destacar:
•Los bosques de galería del Río Jaguey y varios manantiales que se desprenden tanto hacia Norte - nordeste (Valle de la Vega Real), como hacia el Este - Sureste (Valle de Bonao).
•Aguas lóticas o fluviales (Río Jaguey y Charco - cascada de Acapulco) entre las múltiples escorrentías iniciales o manantiales.
•Bosque mixto bastante representativo en algunos casos, donde la mezcla de coníferas y latifoliadas es claramente visible.
Diversidad Biológica
Esta formación orográfica (Loma Miranda), es el extremo septentrional del "Continuo Ecológico" o "Corredor Biológico" que va de Norte a Sur, desde La Vega (Miranda - Casabito) hasta Baní (La Barbacoa - La Tachuela), pasando por Bonao (La Calentura - El Pichón), Villa Altagracia (La Humeadora - Los Botados) y San Cristóbal (Muchagua - El Manaclar), con una extraordinaria riqueza de plantas y animales endémicos o autóctonos y con diferentes grados de amenazas (13).
Se trata de la segunda subregión con mayor nivel de endemismo del territorio nacional, siendo superada solamente por la Sierra de Bahoruco, la principal mina de vida de la República Dominicana (15). En este corredor cordillerano se han identificado hasta el presente, unas 423 especies botánicas endémicas y 62 animales que han evolucionado en la cima de estas montañas (13).
Otros estudios más puntuales (11) indican que La flora vascular del área de estudio está compuesta por 410 especies de Espermatofitas, las cuales corresponden a 316 géneros en 98 familias, y las Pteridofitas (helechos y aliados) son 34 especies, para un total de 444 especies correspondientes a 316 géneros.
Estos datos indican que la riqueza botánica es algo proverbial. Hay un caso digno de resaltar y es la presencia destacada del Pinus occidentalis, quien reina en las cumbres cordilleranas, pero que nunca desciende tanto hacia las llanuras como lo hace en la cortina verde de Loma Miranda.
Sin temor a equivocaciones, esta conífera endémica de La Hispaniola representa uno de los ecosistemas más valiosos del país, no solo por descender hasta puntos increíblemente bajos, sino por las extrañas asociaciones ecológicas de bosques mixtos, que forma precisamente en sus fronteras con el bosque latifoliado húmedo de laderas y de pie de monte.
La fauna animal, por su diversidad estructural y funcional, es la menos conocida; pero lo que se conoce es suficiente como para comprender su heterogeneidad, sus niveles de endemismo, sus valores e importancia como ente dinámico de la biodiversidad y sustento del equilibrio ecológico que debe reinar en todo espacio natural estable.
Los inventarios realizados a nivel de reconocimiento hablan de una buena representatividad de la avifauna, con más de 30 especies avistadas especialmente en Loma Miranda y su entorno inmediato; una importantísima representatividad autóctona en anfibios y reptiles; donde los niveles de endemismo rebasan el 85% en el primero y el 83% en el segundo (13).
Estos niveles de exclusividad en la fauna, muy especialmente en la más estable, asociada al medio físico, como son los reptiles y los anfibios, son elementos indicadores de la integridad y funcionabilidad de los ecosistemas que los alberga.
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